Quantcast
Channel: Consultoría artesana en red » relaciones laborales
Viewing all articles
Browse latest Browse all 6

De jefes e indias

$
0
0

| double |Él debe haber pasado ya de largo la cincuentena. El traje y la camisa malviven en un cuerpo que parece haberse sobredimensionado poco a poco cada año. Se adivina un incipiente mapa de la Rioja en su rostro. Habla, habla mucho. Casi siempre como forma de evidenciar jerarquía. El macho alfa de la manada sobreactúa una y otra vez para desmotrar(se) que sí, que vale como jefe.

Las indias son mujeres, por supuesto. En general, de menor edad que su jefe. Competentes, solo consigues saber que hacen las cosas bien con ausencia del macho alfa. La sumisión es solo una parte del juego. Deben demostrarla con silencios cuando él habla o cuando reciben encargos que se aproximan bastante a la idea que tenemos del servicio doméstico. La actividad profesional de las indias existe en función de la del jefe.

Los vínculos entre indias y jefes no son, sin embargo, nada sencillos de comprender. Muchas veces las indias conviven con una íntima rebelión en contra de su propio rol. Pero solo queda de puertas para dentro. Es muy difícil apreciar insumisión porque en público una de las reglas sagradas es mostrarse servicial, cuanto más mejor. Así que las indias perfeccionan sus sonrisas, su “ahora mismo” y otras armas de la adulación.

En realidad el castillo del jefe se está desmoronando. Lo sabe él y lo saben las indias. Él porque no consigue agarrarse a un tren que además de ir deprisa, sobrepasa el ámbito laboral. La sociedad le coloca cada día ante la realidad. Su anacronismo no impide, sin embargo, que encuentre apoyos para mantener su estatus. Porque el jefe tiene su club. Una casta donde comparte con otros jefes las miserias de un tiempo que se le pone cada día más en contra.

El jefe es más jefe en su castillo. Su despacho rezuma detalles que solo son evidentes a los ojos de un buen observador. Como lugar sagrado donde transmitir su cultura de clase, la relación de los demás con ese territorio íntimo es cuestión a gestionar con cuidado. El despacho es estatus pero también un símbolo de cierta inaccesibilidad. Allí las reglas las pone él. Y necesita distinguirse con símbolos. Un complejo ritual de apareamiento entre la persona que es y su condición profesional de jefe.

Las indias suelen ser competentes, muy competentes. A veces, como decía, en ausencia del jefe, son capaces de demostrar un saber hacer sorprendente. Porque el jefe hace tiempo que perdió la tensión de trabajo. No es que sea vago, pero su capacidad quedó anclada en un cruel principio de Peter que lo depositó en este sacrosanto lugar. Ellas conocen las interioridades del negocio. Saben mucho más de lo que podríamos pensar. Solo han tenido que observar. Observar, prestar atención. Y los años devuelven un conocimiento profundo de las relaciones humanas y también de las mercantiles.

Las indias y su jefe. Caricaturas más reales de lo que se podría pensar. Un jefe que agoniza pero que aguanta el temporal. Y esas mujeres sometidas a una especie de voluntad suprema, a un destino no sé si aceptado, impuesto o simplemente reconocido como el único posible y contra el cual ha sido mejor no luchar. Mientras, el mapa de la Rioja juega en el rostro del jefe, dejando que el tiempo coloque huellas aquí y allá de un comportamiento que ya no es de esta época. Pero existir, existe. Vaya si existe.

No busques parecidos con la realidad; “es” la realidad que uno encuentra más a menudo de lo que pudiera parecer normal. La diferencia es, sobre todo, de género.


Viewing all articles
Browse latest Browse all 6

Latest Images





Latest Images